Las personas en situación de sinhogarismo son uno de los colectivos más vulnerables frente al coronavirus. En España, más de 33.000 personas no tienen hogar. Ahora, más que nunca, somos conscientes de la importancia de tener una vivienda en la que protegerse del frío, del calor, de las agresiones y también del coronavirus.
Frente a la COVID-19, las personas sin hogar están indefensas. Los alojamientos colectivos, que siempre hemos considerado un recurso de emergencia, han demostrado ser ineficaces en esta pandemia mundial. Vivir sin la protección y la seguridad de un hogar tiene efectos devastadores en la salud. Las personas en situación de sinhogarismo tienen una esperanza de vida 30 años inferior al resto de la población, el 30% sufre enfermedades graves y el 31% ha intentado suicidarse alguna vez.
Estamos viviendo una pandemia mundial donde los países están haciendo grandes esfuerzos para mantener a salvo a su población. La primera línea de defensa frente a la COVID-19 es tener una casa en la que protegerse.
La calle mata y tener UN HOGAR CURA.
Dar respuesta a una emergencia social olvidada que afecta a 31.000 personas
Diseñar medidas que prioricen el acceso a la vivienda como solución al sinhogarismo.
Desarrollar políticas orientadas a garantizar el cuidado y la salud de las personas sin hogar
Sensibilizar para acabar con la discriminación y los delitos de odio que sufren las personas sin hogar.