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Sr. Escrivá, para el sinhogarismo el Ingreso Mínimo Vital no funciona

Estimado Sr. Escrivá:

Nos dirigimos a usted hoy, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, fecha que en HOGAR SÍ sentimos muy próxima, puesto que consideramos que el sinhogarismo es una de las expresiones más extremas de pobreza, para hacerle algunas puntualizaciones sobre unas declaraciones que usted hizo el pasado 24 de septiembre en un programa de televisión.

Afirmaba usted que el Ingreso Mínimo Vital habría provocado una “enorme expectación”, y tiene razón. Cuando el Gobierno anunció la puesta en marcha de un mecanismo de garantía de ingresos que “no iba a dejar a nadie atrás”, la expectación que creó en organizaciones como la nuestra fue muy alta. Esperábamos que por fin surgiera un sistema de garantía de renta que no cayera en los mismos errores que algunos prexistentes en el ámbito autonómico y que, sistemáticamente, dejan fuera a las personas que más lo necesitan, como son las personas en situación de sinhogarismo. Esto no lo decimos nosotros, lo dijo el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la extrema pobreza en su visita a España a comienzos de este año.

Durante la entrevista, comentaba usted también que entendía que este mecanismo hubiera creado tanta expectación, y que muchas personas pensaban que tenían derecho, pero que tenía que llegar a quienes más lo necesitan porque sino no funcionaría”. Y claro que no funciona Señor Escrivá, pero precisamente porque el Ingreso Mínimo Vital tiene fallos en su diseño e implementación que excluyen a personas que están en situaciones de gran necesidad, como aquellas que carecen de un hogar.

Somos conscientes de que las 33.000 personas en situación de sinhogarismo, según las cifras oficiales, no suponen un colectivo tan numeroso como otros; también que existen determinados estereotipos sobre estas personas, pero estamos seguros que compartirá que si hay un colectivo que realmente necesita acceder a un mecanismo como el Ingreso Mínimo Vital, es el de las personas que carecen de un hogar, porque el sinhogarismo es un fenómeno que no solo afecta al derecho a la vivienda, también al de la salud, al de la seguridad y al empleo. Si lo que necesita es un indicador monetario, sepa que, de acuerdo con la encuesta del INE sobre personas sin hogar, casi el 20% de las personas en situación de sinhogarismo carecen de ingresos y algo más del 85% perciben menos de 450€.

Le hablamos de las personas en situación de sinhogarismo Sr. Ministro, porque el diseño del Ingreso Mínimo Vital las excluye y ninguna de las sucesivas reformas que han ido aprobando ha solucionado las barreras que se encuentran:

La barrera principal es el empadronamiento: si alguien carece de un hogar es muy difícil que se encuentre empadronado y si no lo está, no puede solicitar el Ingreso Mínimo Vital, punto final. Además, aunque lo lograra hacer hoy mismo, debería esperar un año para poder solicitar el Ingreso Mínimo, pero la pobreza no entiende de plazos. Por otro lado, puede darse el caso de que estas personas sin hogar se encuentren empadronadas en albergues, bancos en la vía pública, o incluso farolas. Un parche que ahora se vuelve en su contra porque ¿cuántas personas puede haber empadronadas en un albergue?, ¿cómo se articula entonces la unidad de convivencia que se utiliza para calcular el Ingreso Mínimo?

Otra cuestión que excluye a personas en situación de sinhogarismo es la edad. Nuestro país tiene un sistema de protección infantil bastante garantista, que probablemente sea la causa principal de que exista unos niveles muy bajos de sinhogarismo infantil. El problema viene cuando estos jóvenes cumplen los 18 años y salen del sistema de protección en muchos casos careciendo de una red familiar y una red social que pueda sostenerlos. Personas que han tenido que ser rescatadas de una situación de desamparo son expulsadas de nuevo al cumplir los 18 años y tienen que esperar cinco años para poder ser “merecedores” de esta ayuda. De nuevo le recordamos que la pobreza no entiende de plazos. Además, una vez cumplidos los 23 años deberán acreditar 12 meses de cotización a la seguridad social en un país con un porcentaje de paro juvenil del 43,9% y cuyo punto más bajo desde agosto de 2009 ha sido un 30,3%.

Y no nos olvidamos de la gente que se pierde en el camino de los trámites: la acumulación de requisitos y la dificultad para lograr la documentación para acreditarlos, tanto por lo complejo que les resultan los procedimientos a las personas en grave situación de exclusión, como por la enorme dificultad para conseguir cita en todos y cada uno de los organismos a los que deben acudir para que les expidan dicha documentación.  Eso siempre y cuando, en estos tiempos de pandemia, se logra una cita presencial en un tiempo adecuado.

A 20 de septiembre, 446 personas con las que nuestra entidad trabaja cumplían los requisitos para acceder al Ingreso Mínimo Vital. 35 debían tramitar el DNI, 53 su tarjeta de residencia, 48 debían darse de alta como demandantes de empleo, 21 necesitaban documentación para acreditar su unidad de convivencia y 62 no tenían el empadronamiento, una verdadera carrera de obstáculos.

Estas dificultades nos llevan a las entidades del tercer sector a tener que suplir, con nuestros propios recursos, las deficiencias de un sistema que se ha pensado preferentemente para la solicitud telemática. No lo decimos nosotros, sino el propio decreto. Esta situación se agrava porque no se ha tenido en cuenta los apoyos que necesitan las personas que más pueden precisar este mecanismo.

Sr. Escrivá, si algo hemos aprendido en más de veinte años trabajando con personas en situación de sinhogarismo es que las intervenciones deben diseñarse centrándose en las necesidades de las personas y que cuando una de nuestras actuaciones no da los resultados esperados, lo primero que tenemos que hacer es revisar su diseño en vez de responsabilizar a las personas destinatarias.

Todavía nos queda todo el trámite parlamentario para buscar soluciones y avanzar en el cumplimiento de la Agenda 2030 y su objetivo número uno que es la erradicación de la pobreza. Podemos introducir las mejoras necesarias, como estas que venimos proponiendo, para que, a medio plazo, ninguna persona en situación de sinhogarismo, ni otras muchas que de verdad lo necesitan, se queden fuera del Ingreso Mínimo Vital.

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