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Políticas públicas para que en 2030 nadie viva en la calle.

El sinhogarismo es una grave vulneración de derechos. En primer lugar, a la vivienda, pero también a muchos otros: a la salud, al empleo, a la seguridad, a la dignidad y, en muchos casos, a la vida. En HOGAR SÍ, consideramos que las últimas responsables de garantizar los derechos son las administraciones públicas y por eso los periodos electorales son de una enorme importancia, porque es el momento de inspirar nuevas políticas públicas para garantizar estos derechos y obtener compromisos que se plasmen en avances concretos para resolver el sinhogarismo en nuestro país.

El marco de los retos que son necesarios abordar está claro: La declaración de Lisboa sobre la Plataforma Europea para combatir el sinhogarismo, que fue firmada en 2021 por los principales actores institucionales de la Unión Europea, representantes de todos los gobiernos que la conforman y la participación de grandes organizaciones de la sociedad civil como FEANTSA (la federación europea de organizaciones que trabajan en el ámbito del sinhogarismo). Esta declaración, entre otras cuestiones, establece como un objetivo clave que en 2030 ninguna persona tenga que dormir en la calle por la falta de plazas de alojamiento y que nadie pase en un alojamiento de emergencia más del tiempo necesario hasta acceder a un recurso basado en vivienda.

Para lograr estos retos, las organizaciones del tercer sector somos un actor absolutamente clave.  Hoy en día, somos fundamentales para prestar los servicios de atención en el sistema de atención al sinhogarismo, lo que nos permite conocer de primera mano la realidad de este fenómeno y también obtener aprendizajes que nos permiten innovar y hacer importantes aportaciones en el diseño de las políticas públicas.

De esta forma, utilizando toda nuestra experiencia y conocimiento hemos elaborado un documento de propuestas electorales dirigido a todos los partidos que se presentarán a las elecciones municipales y autonómicas del próximo mayo, con el objetivo de que todas las formaciones políticas puedan incorporar propuestas solventes y efectivas para hacer realidad ese deseo, que en 2030 ninguna persona viva en la calle.