Cubrir adecuadamente las necesidades de salud viviendo en la calle resulta imposible. Las personas sin hogar experimentan mayores niveles de mala salud física y mental que aquellas que disfrutan de vivienda, y además tienen un mayor riesgo de padecer una amplia gama de problemas de salud.
Resulta complicado tener unos hábitos saludables en torno a la alimentación, la higiene y el descanso cuando una persona está viviendo en la calle. Y estas condiciones influyen en la recuperación de las enfermedades y dolencias y/o afrontar en condiciones de dignidad y calidad el proceso de fin de la vida.
Desde HOGAR SÍ apostamos por garantizar el derecho a la salud desde espacios de cuidados donde se cubran las necesidades fundamentales: sanitarias, afectivas, nutricionales, sociales y culturales. En nuestros espacios de recuperación, actualmente en Madrid y Murcia, ofrecemos plazas residenciales de apoyo, a personas en situación de sinhogarismo en procesos de convalecencias médicas o cuidados paliativos que garanticen el acceso y seguimiento de la atención sociosanitaria, contando con asistencia, para hacer frente a la falta de red familiar de las personas sin hogar que se encuentran en esta situación.