Diez nuevas casas y diez nuevas vidas en Sevilla
Aami, de 46 años y origen saharaui, llevaba desde 2007 en calle. Es muy querido en la zona de Sevilla donde pernoctaba y se buscaba la vida. Entre otros sitios, Aami trabajó en la agricultura, pero con la crisis perdió las oportunidades de trabajo, los ahorros y su casa. Tras varios intentos en albergues y otros recursos al principio de su época de calle, decidió salir de ese círculo.
Ahora, Aami es la primera de las diez personas que van a beneficiarse este año del programa Hábitat en Sevilla, en colaboración con el Ayuntamiento. Aami pasa los primeros días y semanas acostumbrándose a su nuevo hogar, cambiando sus rutinas y haciéndose a su nueva vida. Cuando Joaquín, técnico de intervención de nuestro programa Hábitat en Sevilla, le entregó las llaves de su vivienda, Aami hizo mucho más que entrar a vivir en una casa. Dejó atrás los momentos de afrontar la soledad y los riesgos que significan vivir sin un techo. Ahora tendrá nuevos retos y momentos de lucha y superación para rehacer su vida, como cualquier otra persona.
Francisco, Curro para los amigos, es otra de las personas que ha comenzado una nueva etapa en su vida desde una vivienda. Él y su perro y amigo incondicional, Willy, han salido de la calle después de pasar toda una vida en ella. A los 14 años Curro abandonó su casa y ahora a los 65, con problemas de vista, una casa significa un lugar donde recuperar la salud y romper definitivamente con la inseguridad y la desprotección que significan vivir en la calle.
Las visitas semanales de nuestros técnicos de apoyo a Aami y Curro sirven para ayudar en este proceso de reconexión con la vida y con la sociedad. Juntos comparten impresiones y se les ayuda si es necesario en sus tareas cotidianas, desde llevar un presupuesto semanal para la compra doméstica, hasta las labores propias del hogar.
Aami, Curro y tres personas más, Alfredo, Manuela y Gorgi, están comenzando sus nuevas etapas en la vida, y semana tras semana se van acostumbrando a su situación fuera de la calle. Todas ellas tienen la oportunidad de recibir el apoyo necesario para rehacerse a sí mismos desde una vivienda.
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