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HOGAR SÍ participa en la definición de la Estrategia estatal de desinstitucionalización

Los servicios sociales están evolucionando en las últimas décadas hacia un enfoque basado en los derechos de las personas con necesidades de apoyo, poniendo su bienestar y deseos en el centro. Esto se ha convertido en una tendencia tanto en España como en otros países europeos.

Este nuevo modelo reconoce la importancia de adoptar metodologías que permitan desarrollar el proyecto de vida y recibir los apoyos necesarios para vivir de manera autónoma dentro de la comunidad. Esto significa alejarse del modelo tradicional de la atención institucionalizada y segregada, y promover en su lugar servicios integrados en la comunidad que respeten los deseos y aspiraciones de las personas. Este proceso permite la recuperación de la autonomía, la capacidad de elección y el control sobre la propia vida.

Varios estudios a nivel internacional han demostrado la eficiencia económica y el respeto a los derechos humanos que implica este enfoque desinstitucionalizador. En este contexto, el Gobierno de España está trabajando en una Estrategia estatal de desinstitucionalización para llevar a cabo esta transformación de los cuidados en nuestro país, y HOGAR SÍ está participando activamente en su diseño como parte del Consejo Asesor.

A fin de presentar los puntos clave que consideramos necesarios para garantizar la efectiva desinstitucionalización de las personas con necesidades de apoyos, hemos preparado un documento de posicionamiento que hemos compartido con el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

En primer lugar, creemos que la Estrategia estatal de Desinstitucionalización debe ser el marco que guíe y articule las políticas públicas de cuidados de ahora en adelante.

Para lograrlo, se deberán diseñar herramientas que prevengan la institucionalización y faciliten la transición hacia espacios centrados en la persona e integrados en la comunidad. Paralelamente, es fundamental generar un cambio cultural en los servicios de atención a colectivos vulnerables y en los profesionales que trabajan en el sistema, adoptando una perspectiva desinstitucionalizadora. Esto requerirá formación continua y específica para los profesionales, que incorpore valores, herramientas y técnicas centradas en la persona y en la promoción de su autonomía y proyecto de vida.

De manera general, se deberá reducir gradualmente la financiación destinada a la atención en instituciones y redirigir las inversiones a la transición de las personas institucionalizadas y la prestación de apoyos para que vivan de manera autónoma en la comunidad.  Además, para que la Estrategia sea efectiva y no quede en papel mojado, es necesario que la Administración General del Estado proporcione financiación adecuada a las Comunidades Autónomas y municipios para implementar las medidas a su nivel competencial. Para ello, se deben consignar fondos en los departamentos de Vivienda y Servicios Sociales dentro de los Presupuestos Generales del Estado, destinados a dos objetivos fundamentales: transformar los centros de atención colectiva en viviendas normalizadas en entornos comunitarios y financiar los apoyos necesarios para que las personas puedan vivir en comunidad, así como las acciones de upskilling y reskilling de los profesionales del sistema de atención. También se deberían explorar otras fuentes de financiación como los fondos europeos FEDER o el FSE+ para financiar este proceso.

Por último, es importante avanzar en políticas complementarias para garantizar el éxito de esta Estrategia. El acceso a la vivienda es fundamental, por lo que se propone aumentar progresivamente el parque de vivienda pública asequible y social, en línea con la Ley por el derecho a la vivienda, y destinar parte de este crecimiento a reducir la institucionalización en el sistema de cuidados.  También deben crearse sinergias entre la Estrategia y el Plan Estatal de Acceso a la Vivienda.

Además, se deberán crear nuevas prestaciones sociales para financiar los apoyos necesarios para la vida en comunidad, así como garantizar el acceso efectivo a rentas mínimas como el IMV, eliminando trabas burocráticas y flexibilizando requisitos. Asimismo, sería interesante replantear las políticas de empleo y explorar el papel de las empresas de inserción en los procesos de desinstitucionalización, así como garantizar que las personas tengan acceso a los apoyos que necesiten para cuidar de su salud dentro de la comunidad, entre otras medidas.

Desde HOGAR SÍ seguiremos contribuyendo al desarrollo y puesta en marcha de esta Estrategia y abogando por soluciones de vivienda con apoyos que permitan a las personas recuperar su proyecto de vida y su autonomía, asegurando su acceso a derechos dentro de la comunidad.

 

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