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HATEnto contra la espiral del odio que se ceba con las personas más débiles

Desde el Observatorio HATEnto queremos hacernos eco de la denuncia pública realizada por José, una persona en situación de sinhogarismo que reside en Almería, cuyo caso hemos conocido a través de Instagram en el perfil periodístico es.decirdiario.

Según dicho medio y el testimonio del propio José en un vídeo difundido, el pasado 20 de mayo fue víctima de una brutal agresión con motivaciones tanto homófobas como aporofóbicas, perpetrada por dos individuos que le causaron graves secuelas. Desde HATEnto nos pusimos en contacto con la Fiscalía cuando tuvimos conocimiento del caso a través de la prensa, y según informaciones aparecidas posteriormente, los agresores ya han sido detenidos, se encuentran en prisión preventiva y la Fiscalía contempla aplicar el agravante de delito de odio por ambas motivaciones.

Lamentablemente, los hechos no terminaron ahí. José no sabía que estaba siendo grabado durante la agresión, y en los últimos días las imágenes han sido difundidas en redes sociales. Este acto, ya de por sí revictimizador, adquiere una gravedad aún mayor al haber sido utilizado para difundir un bulo relacionado con otra agresión ocurrida en Torre-Pacheco (Murcia), lo que ha desencadenado disturbios y nuevos comportamientos de odio.

Alertado por su familia, José se ha visto obligado a revivir la situación traumática y exponerse en redes sociales para explicar la situación, desmentir los bulos y reclamar algo que debería estar garantizado: justicia.

Este caso vuelve a poner de manifiesto una cuestión central: el sinhogarismo constituye una vulneración sistemática de derechos, no solo del derecho a una vivienda, sino también a la seguridad y a la integridad física y moral. Estos derechos han sido vulnerados tanto en el momento de la agresión como con la difusión de las imágenes que han alimentado un discurso de odio y obligado a la víctima a desmentir públicamente una falsedad.

Desde el Observatorio HATEnto venimos alertando sobre el preocupante aumento de los actos y discursos de odio, cuyo crecimiento no responde únicamente a causas individuales, sino también a la acción deliberada de grupos que promueven una espiral de odio dirigida contra las personas más vulnerables de nuestra sociedad. Es imprescindible una actuación decidida por parte de los poderes públicos y de la sociedad en su conjunto para erradicar colectivamente estos actos y discursos de nuestra vida pública.

 

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