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HOGAR SÍ / FSE25  / Una nueva oportunidad. En primera persona.

Una nueva oportunidad. En primera persona.

“Me llamo Yolanda y tengo 62 años. Nací en la Barceloneta, barrio marinero por excelencia. En el año 2016 me vi obligada a vender mi casa porque no tenía recursos para vivir. Me engañaron y, aunque me dieron el dinero de las arras, terminé viviendo en mi propia casa de forma ilegal.

Tras un tiempo, un buen día llegaron los agentes judiciales con la policía y me dieron 20 minutos para hacer la maleta. Lo perdí todo. Desorientada y sin saber qué hacer, alquilé una habitación en casa de unos amigos.

Lo que yo no sabía era que hacía mucho tiempo que no pagaban el alquiler. Un buen día apareció la comitiva judicial y nos desalojaron a todos. Yo había adelantado el alquiler de un año.

Entonces llegó la pandemia y, finalmente, tras cuatro años, el dinero se acabó. Me quedé en la calle. Así pasé los siguientes tres años.

Al ser un barrio turístico, los robos eran el pan de cada día. Me robaron hasta los zapatos.

Decidí cambiar de zona y me instalé en las antiguas murallas de la ciudad. No era la única. En la arcada contigua “vivía” un chico rumano y nos hicimos amigos. Nos ayudábamos en lo que podíamos. Una noche dejó de venir y, al tercer día, volvió y me explicó que le habían dado una paliza. Intenté convencerle de que fuera al hospital, pero no hubo manera. Al día siguiente, al despertar, vi varias ambulancias y coches de Mossos. Había fallecido. Me sentí culpable por no haber actuado por encima de su voluntad.

Fue entonces cuando conocí al SASSEP (Servicios de Atención al Sinhogarismo en Espacios Públicos).

Me ayudaron mucho y entré en la lista de usuarios de albergues de la ciudad. Cada tres meses tenía que mudarme y adaptarme a las normas de cada centro. No fue fácil. Este verano recibí una nota para que contactara con el SASSEP urgentemente. Pensé que era para decirme que ya tenía plaza en el nuevo centro asignado. Fui retrasando la llamada hasta que me armé de valor y me resigné. No pensé que aquella llamada cambiaría mi vida. Eran las mejores noticias que podían darme.

Me citaron para una entrevista con Taofic, de la fundación HOGAR SÍ en Barcelona. Nos vimos en la sede del SASSEP y me habló de HOGAR SÍ. Yo no conocía el programa ni podía imaginar que algo así existiese. Acceder a una vivienda era algo impensable para mí.

Poder cocinar y comer cuando quisiera…
Ducharme cuando quisiera…
Tener vecinos…
Entrar y salir cuando quisiera…
Invitar a tomar café en casa a mis amigos…
Olvidarme de normas impuestas…

En definitiva, volver a ser normal.

Porque además de la vivienda, en HOGAR SÍ no te dejan de la mano. Tras tanto tiempo tutelada por asistentes, trabajadores, referentes sociales… uno olvida ser dueño de su vida. Se deshumaniza. Pasa a ser un número. Ahora tengo la oportunidad de rehacer mi vida. Gracias”.

HABITAT BARCELONA es una realidad gracias al apoyo del Departamento de Derechos Sociales de la Generalitat Catalunya.

 

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