Blog

HOGAR SÍ / Blog  / Aporofobia y sinhogarismo: una realidad que empieza a visibilizarse

Aporofobia y sinhogarismo: una realidad que empieza a visibilizarse

Los actos motivados por la aporofobia —el odio, rechazo o desprecio hacia las personas pobres o en situación de exclusión— constituyen una grave vulneración de derechos humanos fundamentales. Afectan directamente al derecho a la dignidad, a la seguridad, a la no discriminación, al acceso a la justicia y al derecho a la integridad física y moral. En el caso de las personas en situación de sinhogarismo, la aporofobia no solo se traduce en agresiones físicas o verbales, sino que condiciona profundamente su vida cotidiana, dificultando el acceso a recursos, servicios y oportunidades. En los casos más extremos, la aporofobia puede acabar con la vida de las personas, y en muchos otros, cronifica la situación de sinhogarismo, impidiendo que las personas puedan salir de ella.

El reciente informe del Ministerio del Interior sobre la evolución de los delitos de odio en España en 2024 ha arrojado un dato especialmente relevante: los delitos de odio por aporofobia han aumentado un 33,3 % respecto al año anterior, alcanzando la mayor cifra de detección hasta la fecha desde su entrada en el Código Penal en el año 2021. Este incremento, aunque preocupante, también puede interpretarse como un signo de avance en la detección de una forma de violencia históricamente invisibilizada, la que se ejerce contra las personas en situación de sinhogarismo.

El aumento de los casos registrados puede deberse a una mayor conciencia ciudadana, a una ligera mejora en la confianza de las víctimas hacia las instituciones y a una incipiente especialización profesional en la detección y judicialización de estos delitos. Sin embargo, no podemos caer en la autocomplacencia: las cifras siguen siendo bajas y continúan reflejando una realidad profundamente infradetectada.

El informe del Ministerio también ofrece datos sobre el perfil de los agresores en delitos de odio por aporofobia que resultan especialmente alarmantes: el 95,83 % de los autores identificados en 2024 eran menores de 25 años. En concreto, 10 eran menores de edad y 13 tenían entre 18 y 25 años. Este dato confirma que estas conductas aporófobas se están consolidando como un fenómeno profundamente arraigado en sectores muy jóvenes de la población, lo que exige y preventiva urgente.

El Observatorio de Delitos de Odio contra personas en situación de sinhogarismo, HATEnto, focaliza parte de su actividad en la detección, análisis y derivación a unidades especializadas de los incidentes de odio por aporofobia contra personas en situación de sinhogarismo detectados a través de denuncia ciudadana y trasmitida a través de medios de comunicación con la intención de revertir esa situación de invisibilización. Como resultado, en la primera mitad de 2025 hemos recogido nuevos datos que confirman esta tendencia al alza, habiendo derivado durante la primera parte del año 14 casos a la Fiscalía de Delitos de Odio y 19 asesoramientos relacionados con incidentes de odio y discriminatorios contactados a través del Formulario del Observatorio HATEnto.

Como conclusión derivada de los datos aportados por el Ministerio respecto al año 2024 y los datos recogidos por HATEnto durante la primera parte del año 2025, desde HATEnto subrayamos:

  • La urgencia de seguir avanzando en la formación de profesionales, en la creación de protocolos específicos, la sensibilización de la ciudadanía, y en el desarrollo de políticas públicas no discriminatorias que promuevan la erradicación del sinhogarismo.
  • Asimismo, resulta esencial abordar el fenómeno desde una perspectiva preventiva, que impida la expansión del fenómeno hacia las diferentes esferas sociales. En este sentido, desde HATEnto hemos desarrollado una guía educativa para combatir la aporofobia en las aulas, una herramienta pensada para abordar este fenómeno desde la raíz, promoviendo una ciudadanía crítica, empática y comprometida con los derechos humanos.
  • Por último, no queremos dejar de señalar la creciente tendencia criminalizadora de la situación de pobreza y el fenómeno del sinhogarismo, que sitúa como culpables y responsables a las principales personas afectadas. No podemos olvidar que el sinhogarismo y la pobreza extrema son problemas estructurales consecuencia del abandono del sistema en sus márgenes a miles de personas. La criminalización de la pobreza solo derivará en una reproducción de la exclusión, discriminación y violencia, un refuerzo del estigma y una obstaculización en el proceso de salida de situación de sinhogarismo de las personas.

Por lo tanto, señalamos la necesidad de una respuesta firme, transversal y sostenida, que combine prevención, protección institucional, acompañamiento social y acceso a la justicia que nos permita combatir todas juntas la aporofobia.

 

Marina Sánchez, Técnica de Investigación y responsable del Observatorio HATEnto.

 

CONOCE MÁS Y ACTÚA

OBSERVATORIO HATENTO

 

Financiado por: 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies