Blog

HOGAR SÍ / Blog  / El sinhogarismo como un eje transversal de los delitos de odio

El sinhogarismo como un eje transversal de los delitos de odio

El 22 de julio de 2011 murieron 77 personas en Noruega, víctimas del odio de un autodenominado “extremista cristiano de derecha”. Desde entonces, cada 22 de julio se conmemora el Día Europeo en Memoria de las Víctimas de Delitos de Odio, instituido por el Consejo de Europa. 

Los delitos de odio suponen una grave vulneración de los derechos humanos. Son aquellos en los que el agresor ataca a la víctima como muestra de rechazo u odio a lo que representa, motivado por prejuicios. En el caso de las personas en situación de sinhogarismo los delitos de odio generalmente están motivados por la aporofobia, el rechazo y odio a las personas en situación de pobreza.  Y las cifras son escalofriantes ¡prácticamente la mitad de las personas en esta situación comentan haber vivido estos incidentes y el 81% en más de una ocasión. Como sociedad, comenzamos a mirar esta realidad en 2005, con el terrible asesinato de Rosario Endrinal, una mujer que fue quemada viva por tres jóvenes en el cajero donde dormía en Barcelona. 

Al sinhogarismo no se llega por “un descuido” o “una mala elección” sino que es el resultado de una violación sistemática de los derechos humanos de las personas que lo sufren, como el hecho de no tener acceso a una vivienda, tal y como la ONU nos recuerda.  Cuando una persona se ve forzada a vivir en la calle es que ha pasado por un proceso de exclusión muy largo: ha perdido el empleo, ha ido a servicios sociales a solicitar ayuda, pero no la has conseguido, ha pedido ayuda a tu familia y a los amigos, etc. 

Este largo proceso de exclusión tiene además muchas causas estructurales: un mercado laboral de difícil acceso, legislaciones de extranjería que aumentan la brecha de la pobreza, un sistema de atención a la violencia de género o de protección de menores que tiene lagunas, etc. Estas causas estructurales no hablan del “fracaso” de la persona que sufre las circunstancias, sino de una sociedad que no está siendo capaz de dar respuesta a aquellas personas que más requieren el apoyo de la comunidad. Además, estas causas estructurales que provocan el sinhogarismo se ceban con las personas que más vulnerabilidades viven. Por ejemplo, las personas LGTBI+ y las personas migrantes están sobre representadas en el fenómeno del sinhogarismo. Una de cada tres personas trans ha experimentado sinhogarismo en Europa según la FRA y un 45% de personas en la misma situación en España son migrantes según el INE.   

Es decir, por un lado, las personas en situación de sinhogarismo sufren una violación constante de derechos básicos y, además, una discriminación sistemática por no tener una vivienda. Pero además el sinhogarismo es un factor de vulnerabilidad para todos los delitos de odio, no sólo los motivados por aporofobia. Estar viviendo en la calle significa estar las 24 horas del día en un espacio de altísima desprotección. Hay muchas personas que intentan no dormir, porque algo tan cotidiano como descansar se convierte en una práctica de riesgo, están en alerta constante por miedo.  

No es casual, que uno de los primeros delitos de odio considerados como tal en España fuese el brutal asesinato a Sonia Rescalvo. A Sonia la asesinaron tres jóvenes de 16 años por ser una mujer trans, pero desde luego el hecho de que ocurriese en el parque donde dormía no es fortuito. Tampoco lo fue en el caso de Lucrecia Perez, una mujer dominicana, migrante y empleada de hogar que fue asesinada por un joven guardia civil de 25 años y otros dos chicos de 16 en una discoteca abandonada donde vivían compatriotas suyos que no tenían acceso a un hogar. Como en el caso de Rosario Endrinal, el de Lucrecia Pérez puso sobre la mesa la violencia racista y xenófoba a la que se veían expuestas las personas migrantes.  

En HOGAR SÍ creemos que el sinhogarismo se acaba con el acceso a una vivienda y que la mayor protección ante los delitos de odio de las personas en esta situación es un hogar, además de un derecho básico para toda la ciudadanía. Por ello, apostamos por soluciones basadas en el acceso a viviendas normalizadas, porque la única solución al sinhogarismo, y a todo lo que este fenómeno provoca, es un hogar.  

 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies