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¿Cómo ha sido la respuesta al sinhogarismo durante la crisis del coronavirus?

Cuando comenzaron a aplicarse las medidas para frenar la curva durante la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, las calles se fueron quedando vacías y el problema del sinhogarismo se hizo más evidente que nunca. Porque ¿en #quécasa iban a protegerse las personas sin hogar?

Desde el comienzo de la crisis, el problema del sinhogarismo ha estado presente entre las actuaciones llevadas a cabo por las distintas administraciones públicas. Pero ¿cómo ha sido la respuesta al sinhogarismo durante la pandemia?

A mediados del mes de marzo, el Gobierno central realizó una serie de recomendaciones a las administraciones autonómicas y locales y las organizaciones para proteger a las personas sin hogar. Desde HOGAR SÍ solicitamos que dichas actuaciones se llevasen a cabo con la mayor rapidez posible, garantizando los derechos de las personas, teniendo un carácter respetuoso, seguro y adaptado a las circunstancias individuales de cada una de ellas y, al mismo tiempo, atendiendo a las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

Según los datos que hemos recogido a través de los medios de comunicación y de los perfiles oficiales de ayuntamientos y comunidades autónomas en las redes sociales, desde el inicio de la crisis, se han habilitado más de 7.000 plazas de emergencia adicionales para ofrecer alojamiento y atención básica a las personas en situación de sinhogarismo. Además de la puesta en marcha de estas plazas, también se han reordenado los dispositivos y centros ya existentes para tratar de responder a las necesidades de distanciamiento físico y aislamiento en caso de contagio o sospecha de este. Sin embargo, hay personas en situación de sinhogarismo que durante la pandemia han permanecido en la calle por no haber plazas libres, la imposibilidad de acceder a ellas o el miedo al contagio en dichos centros.

Una respuesta condicionada por el modelo de emergencia

La respuesta al sinhogarismo durante la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto una realidad que en HOGAR SÍ venimos denunciando desde hace tiempo: el sistema de atención al sinhogarismo en España es del todo insuficiente para garantizar los derechos más básicos. Aunque las medidas, necesarias y valiosas, fueron impulsadas en un tiempo récord y con gran esfuerzo por parte de las entidades y administraciones públicas, las brechas del sistema de atención al sinhogarismo han sido más visibles que nunca. Hemos tenido que añadir emergencia a un sistema que ya se basaba en la emergencia.

Esta situación de partida ha hecho que la respuesta haya estado marcada por las escasas posibilidades de la red de atención. Las principales acciones han consistido en:

Eliminar la temporalidad característica de la mayoría de los recursos y alargar los tiempos de estancia en los servicios de alojamiento.

Aumentar el aforo de algunos de los recursos ya existentes

Reordenar los centros para intentar garantizar las medidas de distanciamiento físico y proveer espacios para el aislamiento

– Generar nuevas plazas de alojamiento en grandes espacios como pabellones o polideportivos.

– Habilitar, en un porcentaje mucho menor, plazas de alojamiento en hoteles, hostales y pensiones.

Limitaciones, dificultades e incertidumbre

Las condiciones y limitaciones previas del sistema de atención al sinhogarismo también han hecho que la respuesta se haya visto desbordada teniendo que hacer frente a grandes dificultades. Entre algunas de estas dificultades podemos señalar la carencia de profesionales, protocolos sanitarios y equipos de protección para dar una respuesta efectiva a las recomendaciones de las autoridades sanitarias, así como la falta de flexibilidad de los recursos para adaptarse a dichas recomendaciones. En cuanto a las personas en situación de sinhogarismo, se han producido dificultades para responder a las necesidades específicas de aquellas que, además de la situación de sinhogarismo, tienen problemas de salud mental, adicciones o algún tipo de discapacidad. Asimismo, muchas de las personas que han tenido que seguir viviendo en la calle no han contado con un seguimiento de las administraciones públicas y se han enfrentado a la falta de información sobre los recursos disponibles.

Y ahora, ¿a #quécasa van a ir las personas sin hogar?

La crisis del coronavirus ha demostrado la importancia de tener un hogar donde protegerse y estar a salvo. Por todo ello, en el camino hacia la nueva normalidad y en el proceso de desescalada de las medidas adoptadas, desde HOGAR SÍ reclamamos un plan de transición que cambie el sistema de atención y ofrezca una solución permanente al sinhogarismo. Es el momento de garantizar el derecho a una vivienda para las personas sin hogar.

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