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Miles de mujeres en la calle como consecuencia de la violencia machista

Hoy, 25 de noviembre es el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Desde HOGAR SÍ nos unimos a las reivindicaciones del movimiento feminista para que todas las mujeres puedan disfrutar de una vida libre de violencias. Y nos unimos poniendo el foco en las realidades de las mujeres en situación de sinhogarismo.

Los últimos datos del INE (2022) sobre sinhogarismo no dejan de alarmarnos en lo que respecta a violencia de género: el 22% de las mujeres señala que la principal razón por la que abandonó su hogar y terminó en situación de sinhogarismo es haber sufrido violencia ella o sus hijos.

Tales datos, aunque alarmantes no se acercan a las dimensiones que apuntan otros estudios específicos sobre violencia de género sufrida por mujeres en situación de sinhogarismo, como vamos a ver en este post. Esto nos habla de la necesidad de recoger datos específicos con metodologías homogeneizadas, ya que para saber como combatir el problema necesitamos conocerlo tanto cuantitativa como cualitativamente.

Gracias a nuestra experiencia de acompañamiento, sabemos que hay un estrecho vínculo entre sinhogarismo y violencia de género. Los pocos datos que hay afirman que el 70% de las mujeres en situación de sinhogarismo ha sufrido violencia de género (Universidad de Barcelona, 2019). Es más, un 60% de las mujeres señalan los episodios de violencia como la causa directa de su situación de sinhogarismo (Asociación Aires, 2019). Esto quiere decir, que muchas mujeres llegan a la situación de sinhogarismo por capítulos continuados de violencias por el hecho de ser mujeres, producidas en el ámbito familiar y de la pareja. Pero también nos habla de un sistema de protección que lejos de reparar el daño, las deja en una situación aún más vulnerable.

Si bien sabemos que los hogares pueden ser una cárcel para las mujeres que sufren violencia, la calle no debe y no puede ser la solución. La situación de sinhogarismo es una negación grave de un derecho básico, no puede ser una salida para nadie, mucho menos para situaciones de violencia ejercida hacia las mujeres.

Es más, una vez llegadas a esa situación, lo que se encuentran no es mucho más halagüeño. Según el Observatorio HATEnto, el 60% de las mujeres entrevistadas han sufrido un incidente o delitos de odio por aporofobia, de esos, el 19% son agresiones sexuales. La última Macroencuesta de violencia contra la mujer de la Delegación de Gobierno contra la Violencia de género (2019) señala que el 13.7% de las mujeres han sufrido algún tipo de agresión sexual en sus vidas. Es decir, mirando estas cifras, podemos afirmar que la situación de sinhogarismo aumenta la posibilidad de sufrir algún tipo de violencia sexual, alargando el historial de violencias que vienen sufriendo estas mujeres.

Además, los servicios de atención al sinhogarismo suelen carecer de procedimientos y facilidades para atender casos de violencia de género, ya se hubiera producido la violencia anteriormente o durante las visitas o estancia en estos servicios. Por lo que se dan situaciones en que la víctima tiene que elegir entre seguir encontrándose a su agresor o abandonar el propio recurso. Por su lado, las redes de atención a víctimas de violencia de género excluyen del acceso a las mujeres en situación de sin hogar que presentan situaciones complejas como puede ser asuntos de salud mental.

Tanto el sinhogarismo como las violencias hacia las mujeres son dos fenómenos invisibilizados que además no paran de aumentar. Necesitamos mirarlos de frente, conocer sus causas y como están conectados para poder enfrentarlos y dar respuestas que realmente lo sean, desde una mirada compleja e interseccional.

Volviendo a la encuesta del INE (2022) el 86% de las mujeres afirma que lo que necesitarían para salir de la situación de sinhogarismo es un hogar.  Luchar contra la violencia machista es y tiene que ser proporcionar los medios materiales para que las mujeres tengamos una vida plena en la que tomar decisiones sobre nuestras propias vidas. Por ello en HOGAR SÍ buscamos nuevas fórmulas más adaptadas y demandamos que las administraciones públicas pongan en marcha soluciones innovadoras que respeten la autonomía de las personas, como las viviendas basadas en las metodologías Housing First y Housing Led que responden a esta búsqueda de nuevas soluciones que permiten a las personas volver a decidir sobre sus propias vidas.

Hoy y todos los días del año: Ninguna mujer viviendo violencias, ninguna mujer viviendo en la calle.

Ruth Caravantes Vidriales, técnica de Investigación de HOGAR SÍ

Escucha la historia de Elena:

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